domingo, 30 de junio de 2013

Está lloviendo, fuerte, deliciosamente, como hace ratos no lo hacía o, más bien, era yo quizás la que no se percataba de esas gotas sabrosas, cantarinas...me voy sin querer a otros tiempos, a otra forma de ver la vida y me doy cuenta de que casi  no me reconozco.  Desde hace cuánto que estoy corriendo sin parar, sin saber si voy o vengo o siquiera si estoy?  No sé, posiblemente no es importante tampoco.  Pero qué bueno oir esa lluvia, esa cadencia que siempre acompañó momentos de bajar revoluciones, leer algún libro o simplemente dejarse estar, sin mucho más que hacer que mirar hacia afuera y vivir el momento, adentro.